El 28 de marzo de 2025, un potente terremoto de magnitud 7,7 golpeó el noroeste de Myanmar, dejando una estela de destrucción y afectando también a Tailandia y el suroeste de China. El sismo, considerado uno de los más fuertes en la región en décadas, ha generado una respuesta de emergencia a nivel internacional.
El impacto del terremoto
El epicentro del sismo se localizó cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar, causando el colapso de edificios, cortes de energía y severos daños en carreteras e infraestructuras clave. Hasta el momento, se reportan más de 150 muertos y cientos de heridos, mientras que las autoridades continúan con las labores de rescate.
En Bangkok, Tailandia, la sacudida se sintió con gran intensidad, provocando escenas de pánico. Un edificio en construcción colapsó, dejando al menos 10 fallecidos y decenas de desaparecidos. Ante la magnitud del desastre, el gobierno tailandés declaró a Bangkok como “zona de desastre” e inició operativos de búsqueda y rescate con equipos especializados.
La respuesta de las autoridades
Los gobiernos de Myanmar y Tailandia han movilizado unidades de rescate, apoyo médico y refugios temporales para las personas afectadas. Además, la comunidad internacional ya está enviando ayuda humanitaria, con países como China, India y Estados Unidos ofreciendo suministros y equipos de rescate.
Organizaciones como la Cruz Roja y la ONU han solicitado apoyo financiero y material para asistir a los damnificados, mientras que la reconstrucción de las áreas afectadas podría tardar varios meses o incluso años.
¿Podría repetirse un terremoto de esta magnitud?
Myanmar y Tailandia se encuentran en una zona de alta actividad sísmica, ya que la región está ubicada sobre la intersección de varias placas tectónicas. Los expertos advierten que sismos de gran magnitud podrían repetirse en el futuro, por lo que es fundamental mejorar las infraestructuras, fortalecer los sistemas de alerta temprana y educar a la población sobre medidas de prevención.
Un desastre que deja lecciones
Este terremoto ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las infraestructuras en algunos países del sudeste asiático, así como la importancia de contar con planes de emergencia eficientes. A medida que las operaciones de rescate continúan, la solidaridad y la cooperación internacional serán claves para ayudar a los afectados a superar este difícil momento.
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